Observo lo femenino en mí a través de colores. Lo experimento por medio de tonos rosados, con suaves acentos de verdes y aguamarina… Como el mar y la flor.
“Qué cliché” dirán algunos. “Qué común”, “Qué aburrido”, pensarán otros.
Abraza lo femenino en ti. Acéptate. Es lo único que importa. Es lo único que necesitas.
Sin embargo, para una mujer como yo que renegué de mi parte femenina por más de 35 años; que creí que mostrar mi dulzura era mostrarme débil; que supuse que debía evitar exponer mi belleza a toda costa; y además debía vestirme y hablar en clave “masculina”, es decir fuerte, claro, directo, sin importar si dañaba a otros con mis palabras y observaciones; que asumí que podía eliminar o controlar mis emociones, hasta el punto de evitar sentirlas o disociarme de ellas para que nadie dijera que era “histérica”. Para mí, que hice todo eso creyendo que así me protegía y que de paso ese era el camino para alcanzar lo que consideraba el “éxito”; valorar, reafirmar y abrazar lo femenino, fue una tarea difícil.
El viaje de revivir lo femenino
Descubrir, revivir e integrar lo femenino en mí, fue un viaje difícil y complejo. Continúa siendo una aventura de regreso a mi hogar original. Y aunque creo que lo femenino es dulzura, también sé, con certeza, que representa una fuerza y un poder generativo. Y sobre todo, representa el poder de la Diosa.
Muchas mujeres no se identificarán conmigo. Porque seguramente siempre experimentaron libremente y en armonía su naturaleza femenina. Pero para quien sí se identifique con este viaje, para TI es este mensaje.
Las emociones son fluidas y es necesario reconocerlas, permanecer con ellas, porque traen mensajes de nuestra esencia y de nuestros deseos y valores.
Si alguna vez has sentido incomodidad por ser mujer, si has creído que quien eres te bloquea para avanzar en tus sueños o proyectos, si has ocultado lo que sientes o te has callado solo para ser “aceptada”, para parecer “adecuada” a otros, para pertenecer a un grupo, a una relación o a un trabajo, este mensaje es para TI.
Lo Femenino es una forma de poder. Diferente, pero poderoso.
Lo femenino es valiente, completo, flexible, nutritivo, creador, creativo.
Las emociones no solo pertenecen a lo femenino. También forman parte de lo masculino. Algunas, las bloqueamos y otros, se castran emocionalmente para no sentir. Ninguno de los dos estamos haciendo lo adecuado ni lo sano. Porque las emociones son fluidas y es necesario reconocerlas, permanecer con ellas, porque traen mensajes de nuestra esencia; de nuestros deseos y valores.
Basta de creer que al mostrar nuestras emociones estamos siendo “histéricas”.
Basta de ocultar lo femenino para “caber”, para buscar “aceptación”.
Basta de considerar a lo femenino débil.
Porque su energía es poderosa. Capaz de alimentar, nutrir y generar vida.
Traer al mundo hijos, proyectos, libros, palabras, sueños, deseos…
Abraza lo femenino en ti. Acéptate. Es lo único que importa. Es lo único que necesitas.
Sana lo femenino en ti. Luego potencialo y exprésalo desde tu estilo único y personal.
Dale vida y alimenta tu fuego femenino.
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